Vuelta a la presencialidad con records de contagios

Si algo funciona, para qué cambiarlo si, además, supone correr un alto riesgo para la salud de los trabajadores. ¿Por qué los dirigentes de la AEAT no experimentan en sus casas, en sus clubes, en sus exclusivos ámbitos socioculturales, en sus vidas y entornos privados y dejan de jugar con nosotros y nuestras familias? ¿Es que no son capaces de evaluar las posibles consecuencias cuando, además, pueden ser irreversibles?

Con todas las alarmas sanitarias escandalosamente disparadas y cuando la evolución de los datos epidemiológicos es peor aún que el pasado 20 de diciembre (el Comité Permanente de Dirección de la AEAT estableció la reducción al máximo de la presencialidad en los centros de trabajo), a las cabezas pensantes de nuestros dirigentes no se les ocurre otro dislate que plantear un intensivo regreso al puesto de trabajo y a la atención personalizada al público. ¿Qué pretenden? ¿Hacen méritos? ¿Se aburren en casa sin tener a nadie en quien mandar?

La AEAT obtiene un incremento de más del 15% de recaudación en 2021.

Ciertamente, su incapacidad nos asombra, como trabajadores y como ciudadanos, porque durante estos casi dos años que perdura ya la situación de emergencia sanitaria nacional han tenido tiempo más que suficiente para recabar datos y resultados; sin embargo, no han sido capaces de plantearse y contestar a las siguientes preguntas: ¿Acaso se ha resentido el servicio público que prestamos? ¿Se ha desatendido tributariamente al contribuyente? ¿Se han incrementado los incumplimientos? ¿Ha bajado la recaudación? ¿Se ha dificultado la presentación de autoliquidaciones? ¿Han minorado las declaraciones de renta, de IVA, de retenciones a trabajadores, de Sociedades…?

Y también deberían preguntarse a quién/quiénes debe la AEAT el éxito de esta situación límite que a todos nos ha pillado por sorpresa, porque la respuesta es bien sencilla, y ellos la saben: a la diligencia, entrega, dedicación y profesionalidad de sus trabajadores, de TODOS sus trabajadores, más de la mitad del Grupo C (C1+C2), que no hemos dudado ni racaneado recursos, entre otras cosas, a la hora de aportar nuestros equipos informáticos, mejorar las conexiones particulares a internet e incrementar los gastos de nuestra economía doméstica para poder ser eficaces/eficientes a la hora de cumplir con lo que se esperaba de nosotros bajo las condiciones particulares del teletrabajo.

Señor Director y demás jerarquía mandataria de la AEAT: se están precipitando ustedes al aplicar la vuelta al trabajo presencial con un máximo de 20% de teletrabajo. Y sepan que la apuesta que han hecho supone un alto riesgo para algo que no les pertenece: nuestra salud y el dinero público.

¿Acaso han pensado que el error en su decisión no tiene coste? ¿Tenemos que explicarles qué supone cada baja que se produzca?

  1. Cada contagio será una ruleta rusa para la salud del trabajador, su familia y su entorno social.
  2. Cada contagio supondrá 7 días de baja más cuarentena para su entorno laboral y familiar.
  3. Cada contagio supondrá 7 días de salarios improductivos para varias personas.
  4. Multiplicando los resultados anteriores por sus salarios diarios y sumándolo todo, obtenemos una gran cantidad de dinero que van ustedes a tirar a la cloaca.

Por cierto, que los funcionarios del Grupo C (C1+C2) les vemos muy poco por las trincheras esquivando las balas. Claro que su cometido es pensar, coordinar y tomar decisiones parapetados en sus despachos, aunque sean temerarias y equivocadas.

NOTA INFORMATIVA

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