Mientras, los CES, esclavos de nuestros complejos de inferioridad, permanecemos ojipláticos durante la lucha de esos “colosos titanes”, y sin caer en la cuenta de que el verdadero TITÁN DE LA AEAT ¡SOMOS NOSOTROS!
Mientras, los CES, esclavos de nuestros complejos de inferioridad, permanecemos ojipláticos durante la lucha de esos “colosos titanes”, y sin caer en la cuenta de que el verdadero TITÁN DE LA AEAT ¡SOMOS NOSOTROS!