“La información es poder” es una acertada máxima que pudiera haber sido pronunciada por William Randolph Hearst, magnate de la prensa americana del siglo pasado; sin embargo, esta afirmación es el principio fundamental sobre el que gira una obra escrita en 1651 por T. Hobbes: Leviatán (es un ser temible que no tiene piedad, escrúpulos ni compasión. Es de una envergadura gigantesca y, según el Antiguo Testamento, se le ha relacionado con el mismísimo demonio. Para alcanzar el éxito en su fin último y que prevalezca el caos y el mal sobre el bien hace uso de un arma compleja y sofisticada: la información).