Nuestro actual sistema de representación laboral no establece un mínimo de votos en las urnas necesario para la designación de nuestros representantes cada cuatro años; luego, si tú no haces sindicalismo… otros lo harán por ti. Porque abstenerse de participar no es la solución, sino alimentar el problema en sí.
Esta es la conclusión sobre la que se fundamenta nuestro movimiento, y por eso, como respuesta, hemos decidido entrar al juego y aceptamos sus reglas, pero con una intención muy clara: dar un giro radical a nuestro destino. O intentarlo, al menos, porque no nos resignamos a bajar los brazos, agachar la cabeza y seguir aceptando una situación laboral, injusta, que dura ya demasiado tiempo.
Pero lo anterior no será posible quejándonos al compañero o criticando a nuestro jefes en el bar de al lado, esperando a que otros se muevan por nosotros. En los años que llevamos trabajando en la Agencia Tributaria ha quedado más que demostrado que los milagros, para el grupo C, no existen. Luego tendremos que tomar la iniciativa.
No es una idea nueva ni original, se trata de seguir los pasos que otros ya han iniciado: Fedeca (Federación de Asociaciones de los Cuerpos Superiores de la Administración Civil del Estado, Grupo A1), o Gestha (Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, Grupo A2); y que otros han continuado: SFD (Sindicato de Fijos Discontinuos). ¿Ellos son distintos? No, lo que son es más inconformistas que nosotros; y menos cómodos.
UCESHA es una organización de trabajadores que no se identifica con las estructuras ni con los procedimientos ni con los resultados de las negociaciones que durante muchos años nos han venido ofreciendo los sindicatos en la AEAT.
Nos hemos constituido en un sindicato participativo en el que todo el mundo puede aportar su opinión, su trabajo y sus propuestas, colaborar a la hora de confeccionar nuestro programa, y, llegado el caso, asistir a las mesas de negociación para exigir la consideración que nos merecemos todos los grupos CES.
Revertir la situación actual está en nuestras manos: tal vez “pases” del sindicalismo, pero él no pasa de ti.