La Generalitat de Cataluña afirma que no hará nuevos recortes sociales en 2012 pero, para cumplir con las previsiones económicas de la UE, lo compensará con una rebaja del sueldo de los empleados públicos, venta de patrimonio, y un incremento de las tasas.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, ha anunciado una rebaja del sueldo de los funcionarios y empleados públicos en 2012: será el precio que hay que pagar para cumplir con las previsiones económicas de la UE sin emprender nuevos recortes sociales.
Tan sólo 48 horas después de las elecciones generales del pasado domingo, Mas ha aprovechado la reunión de hoy del Govern para hacer un inesperado anuncio: si Cataluña quiere hacer los «deberes», no hay más remedio que asumir nuevos «sacrificios» con un «ajuste duro», informa Efe.
A la rebaja en la partida de los sueldos públicos se sumarán otras medidas como la renuncia de los altos cargos a una paga extra -en línea con las disposiciones emprendidas ya por el Ayuntamiento de Barcelona-, la venta de patrimonio y una nueva subida de las tasas universitarias. También subirá el precio del transporte público y el recibo del agua e introducirá una tasa por receta farmacéutica -una especie de ‘copago sanitario’, que no ha definido, dispensada en la sanidad pública para «evitar abusos».
El Govern es consciente de que no se puede recortar más en sanidad, educación y servicios sociales porque se cruzarían «líneas rojas» que deteriorarían estas prestaciones públicas, ha señalado el presidente de la Generalitat, Artur Mas, en la rueda de prensa posterior al primer Consell Executiu tras las elecciones generales, informa Europa Press.
El conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, ya advirtió este verano que los trabajadores de la administración autonómica «muy posiblemente» tendrían que trabajar más por un poco menos», poco tiempo después de que el Gobierno de Mas congelara la contratación de personal público.
El president de la Generalitat, Artur Mas, aseguró que su intención era «congelar» el sueldo de los funcionarios de la Generalitat, pero no aplicar un nuevo recorte, aunque esto dependía de si la crisis económica se recrudecía o no, señaló el pasado mes de septiembre. En su programa electoral figuraba la promesa de despedir a entre 40.000 y 50.000 empleados públicos, entre cargos, personal y organismos públicos, pero no la de bajar los sueldos.
Mas ha pedido al PP y CiU se «ayuden mutuamente» para lograr que la economía española se mantenga a flote, lo que debería traducirse en el apoyo de los populares a los presupuestos catalanes para 2012. El resto de formaciones han cargado con dureza contra la nueva ola de recortes esbozada por el Govern, llegando incluso a tachar de «fraude democrático» el hecho de que haya esperado dos días después de las elecciones para anunciarlas.